Ante la existencia de un Anteproyecto de reforma integral del Código Penal, una de las cuestiones que debería suscitar reflexiones desde la Academia, más allá de las discutidas en los ámbitos político y social, es la mayor o menor importancia que aquel le pueda otorgar a la dogmática y al devenir de su evolución. No obstante que para algunos el proyecto prácticamente haya “nacido muerto” (RUSCONI,2014:13), lo cierto es que a la altura de la finalización de este trabajo, por diversas cuestiones que no es del caso tratar aquí, han disminuido las posibilidades ciertas de que el texto planeado posea estado legislativo. Consecuentemente, resulta altamente probable que nunca encuentre vigencia, al menos bajo la redacción publicada y ante esta coyuntura política y social. Pero no obstante ello, entendemos que el planteo resulta interesante para analizar la utilidad y la influencia de la teoría del delito en la ley penal; y fundamentalmente en los procesos de reformas, ya sean parciales o integrales. Por ello es que como una de las maneras de responder a esta inquietud, en este trabajo intentaremos establecer las características distintivas de la legislación actual y las del Anteproyecto de Código Penal de 2014 en relación a la receptividad de los postulados generales de la teoría del delito, como de cada uno de sus elementos. En ese camino, finalizaremos tratando en forma particularizada las ideas dogmáticas, el modo de recepción y las elecciones político-criminales en torno a las diversas formas de culpabilidad.