En general en el área de secano donde predominaban los bosques de quebracho, los pobladores se dedican a la cría de animales, caprinos, ovinos, bovinos, mulares y yegüerizos para el autoconsumo con ventas eventuales que depende de la época y el año que se trate. Esta cría se realiza a campo abierto cuya superficie está determinada por la fuente de agua que generalmente es una represa complementada con algún pozo, dependiendo de la zona. La cría de ganado menor y mayor se realiza a campo abierto con poca o ninguna infraestructura y ausencia total de tecnología y pocos cuidados sanitarios. Los animales presentan una gran rusticidad, es ganado regional, donde el criollo tiene algún aporte genético de razas foráneas.
La variabilidad de las precipitaciones condiciona en gran medida las posibilidades de esta actividad. También se dedican a la explotación forestal (postes, carbón, leña, rollos, etc.), actividad cada vez menos representativa debido a la sobre explotación y consecuente degradación del bosque. La actividad agrícola se limita a pequeños cercos de ramas de vinal donde las actividades son cultivo de maíz, cucurbitáceas, batata, como productos para el autoconsumo, exclusivamente.
De esta manera, los pobladores vivieron toda la vida, pero estas poblaciones fueron creciendo a pesar de la gran emigración de los más jóvenes, aumentando sus demandas y por lo tanto la presión sobre el recurso natural.
La gran expansión de la agricultura es un fenómeno que le achica las áreas de aprovechamiento.
Los problemas de tenencia de la tierra y su indefinición por parte del estado, es el marco negativo más importante en este contexto.
Todo esto genera una situación adversa para la normal actividad de los pobladores que ven limitadas sus posibilidades poniendo en serio riesgo la permanencia en sus lugares de origen.