Tomando como herramienta la división en niveles de racionalidad propuesta por Atienza, me embarqué en el análisis del artículo 41 quater del Código Penal, y dí cuenta de los inconvenientes que emergen de dicha norma y propuse posibles soluciones haciendo hincapié en una perspectiva más amplia que incluye fundamentalmente el aspecto social. A partir de los problemas advertidos, realicé una revisión bibliográfica de textos vinculados con este aspecto para dar cuenta de dos cuestiones que colaboran en el entendimiento de cómo pueden funcionar las normas en una sociedad, la primera de ellas: cómo es posible que a partir de las crisis sociales se pueda poner en funcionamiento toda una maquinaria legislativa y punitiva para dar respuesta a un problema que, como sostuve, es multicausal; la segunda cuestión, relacionada con la finalidad de las normas y la motivación de las conductas acorde a ellas lo cual exige que al dictarlas se tenga en cuenta el contexto cultural. Como reflexión final, abogué por un abordaje de la problemática desde múltiples miradas disciplinares, para recorrer instancias previas y alternativas al poder punitivo del Estado y así recurrir como última respuesta al Derecho Penal.