A través de la compleja historia de las relaciones interartísticas, la pintura encontró en la literatura a su doble y a su otro, un arte hermano, pero una especie de hermana mayor, que por muchos siglos le impuso temas y normas para representar apoyada en la legitimidad que le otorgaba una lectura tergiversada de la máxima horaciana del ut pictura poesis¸ que se interpretó como prescripción antes que como una comparación.
Vamos a comenzar por revisar algunos elementos básicos de esta historia de la relación entre la literatura y la pintura, ya que son la base sobre la cual se ha planteado la relación entre las artes visuales y un otro arte con el cual comenzó a dialogar desde que se inventara, el cine. Los intercambios entre lo visual y lo audiovisual crecieron sobre un cimiento conformado de miradas negativas y positivas respecto al resultado del cruce entre las artes, con la literatura como principal modelo.