La mañana de los Tajamares, aún allá lejos, en su horizonte infinito, desafía y prolonga la superficie de lo que ligeramente suele llamarse «música del litoral argentino». Natalio Sturla, acordeonista y compositor de la totalidad de los relatos instrumentales que integran este trabajo, se interna en una aventura emancipatoria, personificada tanto por el vuelo melódico como por la diversidad formal que propone su música.