Todos los procesos de enseñanza y aprendizaje, de todas las asignaturas y en todas las épocas, se ven atravesados por la preocupación respecto del fracaso escolar. A nivel personal, es un deseo de cada docente que su estudiante pueda tener éxito en sus aprendizajes; a nivel institucional, instituciones escolares, de formación, gubernamentales, deben preocuparse por los índices que arrojan las investigaciones sobre “rendimiento”. El fracaso escolar puede estar dado por múltiples factores. La sociolingüística, como área de estudio sobre el lenguaje, permite entender una de sus dimensiones. Esta disciplina desenmascara la idea de que la relación entre el lenguaje y la escuela “excede el hecho de que lengua y literatura se presente como un contenido curriculara ser enseñado en el aula” (Bombini, 2015, p. 28). Esto contrasta con la cotidianidad, en la que observamos que es la asignatura Lengua y Literatura la única que parece deber ocuparse del trabajo con la lengua natural de los estudiantes. Sin embargo, es la lengua (o lenguas) el medio de comunicación entre docentes y estudiantes, en todas las áreas; es la lengua el código en el que se producen los textos que en la escuela circulan.