Las actuales concepciones neurobiológicas de la relación entre la mente y el cerebro tienden a ofrecer una visión reduccionista y cosificadora de la subjetividad. A ellas se opone una visión ecológica o sistemática de la mente, en la que la cognición y la conciencia se presentan como componentes en una circularidad causal entre organismo y medio. El cerebro opera en éstos procesos circulares como un órgano de transformación que traduce alternativamente estados elementales y complejos entre sí, proporcionándole así al organismo opciones integrales de percepción y actuación en su medio. Dado que éstas interacciones, por su parte, transforman continuamente la microestructura del cerebro, éste debe contemplarse como un órgano en igual medida biológico, social e histórico. Se señalan las consecuencias de esta concepción ecológica para la comprensión de los trastornos mentales, para el desarrollo de abordajes terapéuticos y para el papel de la subjetividad en la psiquiatría.