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La pandemia de coronavirus pone de manifiesto el modelo de sociedad que comenzó a imponerse a nivel mundial a partir del siglo XVII (de Souza Santos 2010). Una de las características esenciales de este modelo es la apropiación violenta y devastadora de la naturaleza, de los “bienes comunes”, de “nuestro hogar común”, de “nuestra madre tierra”, en términos de los pueblos indígenas, cuyos sistemas de valores/cosmovisiones/ontologías orientan las relaciones hacia la alteridad humana y no humana en términos de reciprocidad/don/protección y no de producción y apropiación depredatoria. De allí que aparezca la expresión “los pueblos indígenas son parte de la solución” para dar cuenta de que sus prácticas y conocimientos colectivos-comunitarios constituyen alternativas de vida que pueden aportar a la reducción de fenómenos como el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la ocurrencia cada vez más frecuente de eventos climáticos extremos y el brote de epidemias y pandemias como la ocasionada por el virus SARS-CoV-2. Esta situación, que conmociona al mundo entero, nos convoca a aunar esfuerzos para enfrentar los nuevos desafíos que plantea y los viejos problemas que agudiza. En el caso de los pueblos indígenas de Argentina, los efectos de la pandemia han exacerbado las complejas situaciones que estos colectivos venían enfrentando en torno a la salud, la educación, el ambiente, la alimentación, el trabajo, el acceso a la información, la judicialización, la criminalización y el racismo. Esto plantea la necesidad de profundizar en el conocimiento de las formas en que se han agravado desigualdades preexistentes, a los fines de proponer medidas concretas para su atención. A su vez, las comunidades indígenas están cumpliendo con mucho esfuerzo la medida de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) establecida por Decreto 297/2020, movilizando y desplegando saberes y prácticas colectivas-comunitarias ante la preocupación por adecuar su dinámica sociocultural a los requerimientos de este decreto. Elaboramos entonces el proyecto “Saberes y prácticas indígenas en un contexto de emergencia sanitaria: aportes a la salud, la educación y el ambiente en el marco de la planificación de estrategias de control, prevención y monitoreo del covid-19”, a los fines de profundizar en el conocimiento y evaluación del impacto del ASPO en los pueblos indígenas, pero también y fundamentalmente, para reconocer y registrar conocimientos y prácticas que -fundadas en el don y la reciprocidad- pueden constituir, en este estado de las cosas, un aporte a la resolución de problemáticas emergentes y al diseño e implementación de programas sociales que los involucren. Para ello hemos propuesto una metodología que prioriza el respeto y el compromiso con los sujetos junto a los cuales construimos conocimiento y, dados los sabidos condicionamientos que restringen hasta hoy la circulación y reunión de personas en todo el territorio nacional, la puesta en marcha de técnicas propias de una “etnografía digital” que nos permitirá alcanzar los objetivos propuestos respetando las medidas preventivas: observación y entrevistas “a distancia” mediadas por distintas tecnologías (plataformas de video conferencia, servicios de telefonía y mensajería instantánea, correos electrónicos, redes sociales, entre otras.). Los pueblos indígenas deben formar parte de la planificación de estrategias de control, prevención y monitoreo del COVID-19. No se puede y no se debe subestimar el valor de sus prácticas y conocimientos, que revisten una singular importancia en esta coyuntura de emergencia sanitaria, al representar otras posibles formas de “cuidarse entre todos”. Y, en este sentido, son esenciales también para encontrar soluciones a futuro, es decir, para pensar otras emergencias en la pospandemia.
En inglésThe coronavirus pandemic illustrates the model of society that began to be imposed globally since the 17th century (de Souza Santos 2010). One of the essential characteristics of this model is the violent and devastating appropriation of nature, of the "common goods" of "our common home", of "our mother earth", in terms of indigenous peoples, whose value systems/cosmovision’s/ontologies orient relations toward human and non-human otherness in terms of reciprocity/gift/protection rather than production and predatory appropriation. This is why the expression "indigenous peoples are part of the solution" appears, to show that their collective-community practices and knowledge constitute alternative ways of life that can contribute to the reduction of phenomena such as global warming, loss of biodiversity, the increasingly frequent occurrence of extreme climate events, and the outbreak of epidemics and pandemics such as that caused by the SARS-CoV-2 virus. This situation, which shocks the entire world, calls on us to join forces to face the new challenges it poses and the old problems it exacerbates. In the case of the indigenous peoples of Argentina, the effects of the pandemic have exacerbated the complex situations that these groups have been facing in the areas of health, education, environment, food, work, access to information, judicialization, criminalization, and racism. This raises the need to deepen the knowledge of the ways in which pre-existing inequalities have been aggravated, in order to propose concrete measures for their attention. At the same time, indigenous communities are making a great effort to comply with the measure of Preventive and Obligatory Social Isolation (ASPO, Spanish initials) established by Decree 297/2020, mobilizing and deploying collective-community knowledge and practices in order to adapt their socio-cultural dynamics to the requirements of this decree. We developed the project "Indigenous Knowledge and Practices in a Health Emergency Context: Contributions to Health, Education and the Environment in the Framework of Planning Strategies for the Control, Prevention and Monitoring of Covid-19", with the aim of deepening knowledge and evaluating the impact of ASPO on indigenous peoples, but also and fundamentally, to recognize and record knowledge and practices that - based on gift and reciprocity - can constitute, in this state of things, a contribution to the resolution of emerging problems and the design and implementation of social programs that involve them. To this end, we have proposed a methodology that prioritizes respect and commitment to the subjects with whom we build knowledge and, given the known conditions that so far restrict the movement and gathering of people throughout the national territory, the implementation of techniques characteristic of a "digital ethnography" that will allow us to achieve the proposed objectives while respecting preventive measures: observation and interviews "at a distance" mediated by various technologies (video conference platforms, telephone and instant messaging services, emails, social networks, among others.) Indigenous peoples must be part of the planning of strategies for control, prevention and monitoring of COVID-19. The value of their practices and knowledge cannot and should not be underestimated, as they are of singular importance in this health emergency situation, representing other possible ways of "taking care of each other". In this sense, they are also essential for finding future solutions, that is, for thinking about other post-pandemic emergencies.