Este trabajo forma parte de un recorrido de investigación que el autor realiza en el marco de una Beca otorgada por la SeCyT de U.N.L.P. Se analizan ciertos aspectos de la Estética Trascendental de Kant, especialmente lo referido a tiempo y espacio como condiciones a priori del conocimiento sensible. Luego se analizan algunas hipótesis de Freud sobre el origen del tiempo y su relación con el espacio. Por último, se intenta dilucidar la oposición existente entre las tesis de ambos autores. En Crítica de la razón pura Kant define la noción de a priori como un saber independiente de la experiencia; no de una experiencia concreta sino de la experiencia en general. El espacio y el tiempo son consideradas categorías que funcionan como la condición subjetiva de toda sensibilidad. El espacio es esencialmente uno y se concibe que el sujeto cognoscente no puede representarse ningún fenómeno en la no- espacialidad. Del mismo modo el tiempo no es un concepto empírico que se derive de una experiencia sino que es una representación necesaria que está a la base de todas las intuiciones. Si bien es posible representar la ausencia de fenómenos en un tiempo determinado, no es posible concebir la inexistencia del tiempo mismo. Para Kant, estas condiciones a priori de toda experiencia sensible no son individuales ni empíricas sino que son trascendentales (universales y necesarias). Es por eso que lo que no aparece en el tiempo y en el espacio no es susceptible de ser conocido y no se puede decir que exista. Nada puede predicarse de la cosa-en-sí. Por otro lado, es necesario recordar la ubicación que Kant le dio a la Psicología, negándole el estatuto de ciencia del alma. Siguiendo el supuesto de que la ciencia sólo puede fundarse en las matemáticas, Kant afirma que la Psicología no puede ser una ciencia racional porque las matemáticas no logran ser aplicadas a los fenómenos de los que aquella se ocupa. Aplicación que solo puede realizarse para los fenómenos que cuentan con las dimensiones del espacio y el tiempo; y que se ve imposibilitada a los fenómenos psíquicos porque ellos carecen, según Kant, de localización espacial. Freud realiza en diversos pasajes una referencia (no siempre explícita) al filósofo alemán. Mientras que en algunas referencias (las más tempranas cronológicamente) se advierte una importación de ciertas ideas kantianas, en otras (más tardías en la obra freudiana) se hace explícita una crítica a sus principales consideraciones gnoseológicas. Freud parte de dos hipótesis específicas que lo llevan a oponerse a la universalidad de las formas kantianas: una inherente a la espacialidad (no anatómica) de los fenómenos psíquicos y otra sobre la atemporalidad de los procesos inconcientes. La espacialidad constante de los fenómenos psíquicos es interdependiente de la temporalidad excitatoria. La apelación al supuesto auxiliar de una energía psíquica es otra premisa central del argumento freudiano sobre el origen de las representaciones de tiempo y espacio. A partir de la lectura de los textos freudianos es posible esbozar la hipótesis de una fundamentación empirista respecto del origen de las categorías de tiempo y espacio consideradas