En este trabajo nos proponemos analizar algunos postulados centrales de la filosofía de Martin Heidegger a la luz de desarrollos científicos en biología que podrían ponerlos en cuestión. En efecto, si tenemos presente que, desde la publicación en 1871 de El origen del hombre, de Charles Darwin, la biología ha logrado establecer que las diferencias entre la especie humana y el resto de los animales no son de tipo sino tan sólo de grado, es decir, que no son diferenciaciones ontológicas, sino tan sólo ónticas y dentro de una misma clase, creemos que es preciso reflexionar acerca del impacto que estos conocimientos tienen sobre la propia filosofía. En este marco nos preguntamos si la frase de Heidegger "la ciencia no piensa", referida al hecho de que la ciencia no se encarga de reflexionar sobre sus conceptos fundamentales ni puede dilucidar su propia esencia, podría ser revertida sobre la propia filosofía, entendiendo que algunos descubrimientos científicos de larga data, como los referidos a la historia de la vida y al lugar del ser humano en ella, desestabilizan conceptos fundamentales de nuestra disciplina, como precisamente, el concepto de lo humano. Para analizar esta cuestión utilizaremos como eje la crítica de Jean-Marie Schaeffer a la tesis de excepcionalidad humana, en la que se inscribe, según creemos, la filosofía heideggeriana.