Los recursos disponibles para aquellos encargados de tomar decisiones en el ámbito de la salud y su cuidado son escasos; a la hora de elegir que curso de acción tomar, ellos deben contraponer los beneficios y los costos de dicha acción. Estas decisiones pueden centrarse, generalmente, en la implementación de un nuevo tratamiento y/o programa o en la modificación de uno existente. Es en estos casos cuando se requiere no solo información sobre la efectividad de una intervención en particular, sino también acerca de su eficiencia respecto de otras.