El inicio de la Guerra Civil Española en 1936, provocó diversas reacciones en el mundo, no siendo la excepción Chile. La influencia del conflicto resultó evidente, tal como lo han mostrado diversas investigaciones, entre las que resaltan las de Cristián Garay Vera, María José Henríquez, Isabel Jara, Pablo Sapag, por mencionar a algunos, además de otros importantes investigadores que han abordado las relaciones bilaterales entre España y Chile, ya sea antes, durante o post Guerra Civil, así como las relaciones al interior de las comunidades españolas residentes en nuestro país, el exilio español en Chile, entre otros temas. Como señalan Rodríguez, Romero e Hidalgo: “Y es que España ha sido un país de emigrantes durante la mayor parte de su historia, al igual que Chile lo ha sido de inmigrantes. La emigración española al exterior ha sido prácticamente constante desde el descubrimiento de América hasta mediados de los años setenta del siglo XX” (Rodríguez, Romero, Hidalgo, 2015, 107).
Al considerar este último elemento, es que resulta evidente la importancia de la función consular y diplomática ejercida por los funcionarios españoles en Chile, quienes se han visto influenciados por distintos elementos de contexto tanto internos del país donde se desenvuelven (cambios de gobierno, golpe de Estado, entre otros), del propio país que representan (para el caso español, dictaduras, cambio de monarquía a república, entre otras), así como externos (guerras mundiales, por ejemplo).