El objetivo general de la presente ponencia es, en primer lugar, reflexionar sobre la importancia de la formación filosófica del futuro profesional y ciudadano democrático egresado de la FCJS, UNLP, en el contexto de la actual encrucijada dada por una sociedad de consumo que tiende a prescindir de las humanidades.
Que las humanidades, las artes, el pensamiento crítico, cumplen una función central en la historia de la democracia, es un hecho reconocido tantos por sus adversarios como sus defensores. Como ha sido expresado por los grandes pedagogos y estadistas, el “pensamiento crítico (es central) para el accionar independiente y para el desarrollo de una inteligencia resistente ante el poder de la autoridad y las tradiciones ciegas”. De acuerdo a Nussbaum, “las sociedades que inculcan el “mito del control absoluto” engendran de manera inevitable más tipos de estigmatización y marginalización. En cambio, aquellos que enseñan la empatía, la vulnerabilidad, permitirán la interdependencia y la ayuda mutua para resolver los problemas. En este sentido, las humanidades constituyen cimientos necesarios de la ciudadanía.
Por ello, el objetivo específico, en segundo lugar, es debatir sobre el porqué de la filosofía del derecho; y plantear el cómo, brindado una propuesta metodología de la enseñanza de filosofía del derecho basada en problemas complejos (PBL), y experimentada por la autora en la enseñanza del derecho en Universidades de diversas comunidades. En este discurrir surge el para qué, es decir la finalidad del camino elegido, que no es otra que incentivar la reflexión crítica y al desarrollo de entornos saludables en pos de fomentar el trabajo en equipo (respeto, empatía, “desarrollo de la escucha”, colaboración, visión interdisciplinaria, reciprocidad, entre otros); el desarrollo de la capacidad de pensar; y la resolución de problemas éticos, sociales y legales cotidianos -y no meramente temas abstractos- para una sociedad más justa.