El aislamiento social y obligatorio que rige desde el 20 de marzo del corriente año ocasionó la necesidad de repensar los modos de hacer política. Con reclamos históricos a los que hacer frente, las organizaciones de base han pasado de tomar las calles a tomar las redes, un campo de disputa incluso más difícil de transitar pero que ha sido clave para las conquistas de derechos en el movimiento feminista de nuestro país.Un ejemplo de estas intervenciones han sido los tuitazos a favor del aborto legal durante 2018, año donde el proyecto de Interrupción Legal del Embarazo de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito fue tratado en Congreso. Las redes sociales han sido entonces las trincheras de construcción de una comunicación feminista y alternativa, pero siempre estuvieron acompañadas por un esparcimiento físico: al primer ejemplo del tuitazo se le sumaban los martes verdes en el Congreso. ¿Qué sucede hoy en un contexto donde movilizar no es una opción?