El 17 de octubre de 1945 ha sido muy trabajado por las ciencias sociales. Sin embargo, muy poco se ha estudiado la peculiar interacción que se produjo allí entre el coronel Perón y la multitud reunida en la Plaza de Mayo. Y es justamente este aspecto el que me propongo abordar aquí desde la perspectiva del análisis del discurso. Esa noche de octubre, aunque Perón es quien tiene la palabra y monopoliza el turno, la multitud también se hace escuchar. El público participa activamente del diálogo (y no solo con intervenciones retrocanalizadoras), interrumpe constantemente el discurso de Perón, con cánticos y gritos. En algunos momentos, lo obligan al propio Perón a pelear por el turno, lo interpelan, le imponen temas. En ese momento crucial de la historia argentina se produce un diálogo entre una voz individual y una voz colectiva, diálogo en el marco del cual se negocian sentidos y se consolida un singular vínculo entre los interlocutores. Lo más significativo del discurso de Perón del 17 de octubre no está en sus enunciados, sino en la interacción misma, en el diálogo con la multitud, en el contacto entre Perón y los trabajadores, básicamente, en la "función fática". Este análisis se inscribe en mi trabajo de tesis "Peronismo y oralidad. De la voz oficial a la voz clandestina" dirigido por la profesora Elvira N. de Arnoux y realizado en el marco de la Maestría en Análisis del Discurso de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.