Dolores Reyes con su lenguaje potente, poético y visceral nos trae un pedazo de conurbano y la historia de una hija de la violencia, una más para quienes estamos atravesadas por el “Ni una menos”. Y así la aborda. Desde sus primeras líneas nos lleva de la mano y al comenzar es imposible detenerse. Un cross en la mandíbula que rápidamente nos sumerge en un universo sombrío, aunque luminoso y fascinante a la vez. Pero lo que más no incomoda es la cercanía de su trama.