Superado el conflicto de Pavón, Mitre, gobernador de la provincia a cargo del Poder Ejecutivo Nacional, consideró necesario regularizar la recaudación fiscal en las provincias del interior. Con ese fin encomendó a Régulo Martínez la tarea de organizar las aduanas interiores. Comprendió que la tarea de la organización nacional sólo podría cumplirse solucionando los conflictos internos, entre los que tenían gran peso el aislamiento y pobreza a que se hallaban sometidas las provincias.
Una legislación adecuada encaminaría esta tarea, al igual que la presencia en el Ministerio del Interior de Guillermo Rawson, que cumpliría una fecunda labor.