A lo largo del gran arco temporal que trazan La mansión roja y La vida infidel d’un Arlequí, primera y última novelas, respectivamente, de Joan Oleza, el autor ha ido narrando los procesos de transformación del imaginario colectivo español, desde el ámbito más autóctono y particular, hasta el más europeo y universal.
De las novelas clásicas de recreación histórica, sus escritos han asimilado el hecho de que los grandes relatos se cuentan mejor a través de las vidas privadas de los individuos que las recorren. No sólo los héroes actuales han traducido al lenguaje de nuestros días la épica del yo romántico; hoy también hay terreno literario para las peripecias de los espíritus medianos, que ayudan a los más aventajados a hacer historia. Éste es el caso de La vida infidel d’un Arlequí, del hispanista Joan Oleza (Palma de Mallorca 1946), que retoma la poética de las narraciones sobre sucesos sociopolíticos, ahora protagonizados por lo que podríamos llamar un individuo sin atributos, Ramon Descós.