El Gran La Plata -Argentina- ha sido receptor de numerosos conflictos en torno a las inundaciones de naturaleza multicausal, pero que responden principalmente a los efectos del cambio climático, que ha originado precipitaciones y/o sudestadas excepcionales con consecuencias catastróficas a nivel regional. La ampliación del área de impermeabilización de la superficie absorbente, debido a la extensión de la ocupación urbana, el cultivo intensivo bajo cubierta y la decapitación de suelos han contribuido a la vulnerabilidad social y física ante los fenómenos y los niveles de criticidad, atentando contra la resiliencia de la población residente.