A la luz del "terremoto de San Juan" del 15 de enero de 1944, pienso la pandemia mundial que afecta a nuestro país destacando la acción del Estado entonces y ahora, las solidaridades que se pusieron y ponen en juego, pero también a partir de ese ejemplo veo la oportunidad de reflexionar en torno de la mezquindad de los poderes dominantes aún en las situaciones límite. Una escena configura la antesala del peronismo, tras la Década Infame; la otra, el inicio del gobierno de Alberto Fernández, después de la neoliberal infamia gubernamental de Mauricio Macri. Las imágenes del terremoto se asemejaban a las que mostraban la Europa del fin de la Segunda Guerra Mundial; la necesidad de reconstrucción del sistema de salud en la Argentina coincide con los tristes resultados a los que también llevó el achicamiento sanitario en los países centrales. Por otra parte, con mirada benjaminiana, promuevo rescatar, de algún modo, a quienes han quedado debajo en uno y otro derrumbe, personas devoradas por estas tragedias y que aparecen como meras cifras, sin ser suficientemente homenajeadas.