En español
En 1965, gracias a la adquisición de una nueva flota de jets, Braniff Airways –una aerolínea mediana con sede en Texas– anhelaba estar a la altura de sus competidores y conseguir así mejorar su participación de mercado, en especial, en las rutas internacionales que unían a los EE. UU. con varias ciudades de México y América del Sur. Este artículo examina cómo la apremiante situación financiera generada por esta millonaria adquisición daría lugar a una audaz campaña publicitaria y de mercadeo que finalmente sería responsable de la estilizada reinterpretación del viaje aéreo, que abandonaría los decorados serios pero sofisticados, y se adentraría en la nueva, colorida, glamorosa y ultramoderna “era del jet”. Dicha transformación estilística implicó el trabajo conjunto entre tres grandes creativos de la década de 1960: la publicista Mary Wells, el diseñador de modas Emilio Pucci y el diseñador de interiores Alexander Girard. Tanto Pucci como Girard serían particularmente vitales en la creación de la colorida, pero sofisticada nueva imagen de Braniff, que definiría el carácter único y vanguardista de la “modernidad” en la era del jet. Asimismo, de forma intencionada estos diseñadores atribuirían su estética a la acogida del "primitivismo", en particular, empleando llamativas inspiraciones geométricas extraídas del arte de la América precolombina y otras civilizaciones del sur global.
En inglés
The mid-sized Texas-based airline Braniff Airways aspired in 1965 to catch up to its competition by purchasing a new fleet of jet airplanes and thereby improve its market share, including on its international routes that linked the US with various cities in Mexico and South America. This article examines how the economic pressure of this substantial purchase led to a bold marketing campaign that ultimately re-styled air travel in the Jet Age from staid-but-sophisticated to colorful and glamorously trendy. This stylistic transformation involved a collaboration between three creative giants of the 1960s: advertising executive Mary Wells, fashion designer Emilio Pucci, and interior designer Alexander Girard. Both Pucci and Girard were particularly vital in creating a colorful, yet stylish image for Braniff that rendered a uniquely up-to-date sense of what Jet Age “modernity” would look like. At the same time, these designers consciously attributed their aesthetics to an embrace of “primitivism,” especially to the bright, geometric inspirations they found in pre-modern art from Latin American civilizations and others across the Global South.