Alcanzáronme el otro día, las claridades de la aurora con un libro en la mano. Su simple título bastará para darle el secreto de esta lectura fuera de hora para la mayoría de los mortales. Era «L’athéisme» de Le Dantec, el conocido profesor de la Sorbona. Como en todas sus obras, el autor ha pasado á las páginas las profundas convicciones de su espíritu, madurado por el constante cultivo de las ciencias naturales, sin preocuparse en lo más mínimo de si ellas hieren ó no el estado de cosas establecido, la situación creada por otros sistemas. El piensa así. y escribe así, obedeciendo á esa imperiosa tendencia á la exteriorización, radicación activa de los profundamente convencidos. En esto se halla gran parte del secreto de las llamadas obras maestras; hacen vivir al autor á través de las páginas escritas.