Durante cuatro cursos -el de 1909 fue el último- estudié el Ouijote con mis alumnos -dos veces la 1ª parte, y dos veces la 2ª- conforme a un programa puhlicado en estos mismos Archivos en Marzo de 1908. Publico ahora el resultado, en síntesis, de uno de esos cursos, sin otra pretensión que la de un método realizado, más ó menos bien ó mal. Los didácticos ya no pueden fijar principios normativos: todo un periodo de nuestra Pedagogia y de la Pedagogia universal está Ileno de un aprioristico debe hacerse y aún de cómo debe hacerse. Mandar es más fácil que cumplir. Ahora, la enseñanza ha entrado en una nueva faz: hay que influir con el ejemplo: «Así he hecho, otro puede hacerlo mejor».
Evidentemente que este extracto del trabajo colectivo de profesor y alumnos, durante un año, no refleja el calor, la vida y el interés que nos producía el pensamiento de Cervantes y su manera de decir; -nuestras observaciones, las meditaciones, consultas y resúmenes a que nos obligaba con placer. Pero el didáctico a quien va esto dirigido, tendiendo menos a enseñarle, que a sugerirle prácticas que puede realizar con mayor fortuna, puede facilmente revestir de carne y sangre este esqueleto. Podrá ver cómo ha sido mirado el gran libro hasta en sus rincones menos frecuentados.