El nombre y la tapa eran (y son) una invitación. Cada libro como tal es una obra de arte. Indiccionario de lo contemporáneo no tiene título ni autores en su tapa, pero les lectores no los necesitamos. No se trata de un gesto rupturista, de generar un misterio. Todo lo contrario, la diagramación del libro hace sentido con su escritura colaborativa y se volvería redundante la repetición del título en la tapa. Esta se compone de un conjunto de módulos o voces que se yuxtaponen, superponen, completan y conversan dando la idea de diálogo y vínculos múltiples y diversos.