Afirma Ratzel que “la sumisión del habitante de la parte más cálida al de la parte más fría es un fenómeno natural que no deja lugar a dudas”. Y al decirlo otorgó autoridad seudocientífíca, en el campo de la geografía, a una doctrina que, en todos los demás órdenes del saber, proclamara el siglo diecinueve, era cumbre de los anglosajones. Limitándonos por ahora a la geografía, observaremos que Humboldt, el genial, habría sido el primero en hallar peregrina y arbitraria una afirmación tan absoluta, dado que sus propios estudios y la realidad de su tiempo, le revelaban, situada en la meseta mexicana, de clima templado, la mejor civilización del Nuevo Mundo, la más avanzada por la técnica y por el espíritu.