El fortalecimiento de las capacidades de gestión de la “propiedad intelectual” (o, con algo más de precisión, de los numerosos y diversos derechos intelectuales) es uno de los desafíos más importantes que enfrentan las Universidades Públicas en Argentina. Aunque en las últimas décadas las universidades han creado sus espacios institucionales (secretarías, direcciones, oficinas, programas, normativas, protocolos, guías, etc.) para favorecer la creación y la gestión del valor intelectual (producido en las aulas, talleres o laboratorios científico-tecnológicos), resulta evidente la necesidad de repensar aspectos centrales sobre cómo producir, proteger e incluso disponer estos desarrollos público-comunitarios. Teniendo en cuenta que las Universidades Nacionales son las principales productoras de valor intelectual del país (en sus más diversos soportes), es válido preguntar ¿por qué desde las universidades públicas no se han generado procesos creativos e innovadores orientados a mejorar la gestión del valor intelectual?