Los caninos pueden diseminar con sus heces enteroparásitos transmisibles a humanos y como animales centinela, pueden utilizarse para realizar vigilancia de la circulación de patógenos. El objetivo de la presente investigación fue determinar la presencia de enteroparásitos en caninos de un área de riesgo sanitario. Entre febrero de 2016 y diciembre de 2019 se tomaron muestras fecales a caninos mediante enema jabonoso. En el Laboratorio, se realizó la observación en fresco y luego las muestras se concentraron por las técnicas de Telemann modificada y Sheather. Sobre las 375 heces caninas analizadas, 309 (82,4 %) estaban parasitadas, siendo Ancylostoma caninum, Toxocara canis y Uncinaria stenocephala las especies más frecuentes. Se observó mayor frecuencia de parasitosis entre los machos (86,6 %) que en las hembras (77,9 %), entre los perros de edad menor o igual a 1 año y entre los que tenían el hábito de enterrar huesos. Los resultados revelan una alta prevalencia de enteroparásitos en los caninos, varios de ellos zoonóticos, lo cual significa un elevado riesgo de infección para los habitantes del área.