Últimamente la mayoría de los artículos académicos que se escriben sobre la situación de los refugiados en el mundo y el drama del desplazamiento forzado comienzan repasando las cifras que anualmente publica el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en un intento de dimensionar el drama de la crisis y redoblar los esfuerzos para que los gobiernos y nosotros mismos como sociedad, dejemos de mirar para otro lado y abordemos esta problemática con mayor empatía. No sólo acogiendo y protegiendo a las personas refugiadas, sino también, y aún mucho más importante, atacar las causas que se esconden detrás del desplazamiento, tales como la guerra, el conflicto y la persecución, así como también el hambre, las profundas desigualdades y el cambio climático, una mezcla de factores que representan el combustible que muchas veces aviva la llama de la mayoría de los conflictos que se conocen.