Nuestra pregunta problemática se construyó a partir de la identificación de una paradoja: ¿cómo es posible que en un contexto de alta demanda punitiva, las autoridades políticas adoptaran una estrategia reformista contrapuesta a las políticas de mano dura? Dado que las políticas y retóricas punitivistas son utilizadas por los gobiernos para lidiar con las ansiedades y representaciones sociales relacionadas con el delito así como para eludir los riesgos electorales de la cuestión criminal, la adopción de una estrategia de reforma policial –máxime en una coyuntura de alta punitividad pública– constituye en un caso de interés intrínseco.
Esta ponencia ofrece una interpretación preliminar del proceso señalado basada en los hallazgos de una investigación en curso. La misma pretende capturar la complejidad de su lógica interna a parir de tres ejes: (1) la integración de los niveles de análisis macro, meso y micro; (2) la multiplicidad de actores intervinientes; y (3) la influencia recíproca entre los actores y su marco institucional. A través de la técnica del “rastreo de procesos”, hemos buscado reconstruir el mecanismo decisorio que desembocó en la adopción de la reforma policial en la PBA. Para ello, decidimos concentrarnos en un período corto pero sumamente denso, que se extiende entre la muerte de Blumberg (hecho que dispara el proceso) y la designación de Arslanián (hecho que simboliza el resultado del proceso). Desde el punto de vista teórico, adoptamos un enfoque de análisis de políticas públicas confiando en capturar la complejidad del fenómeno.