Los suelos patagónicos estudiados se agruparon en categorías, de acuerdo a las regiones fitogeográficas a que pertenecen y a la cantidad de lluvia anual que reciben. En ellos se estudiaron los siguientes factores, que fueron relacionados con los datos de nitrificación:
Lluvias: En las zonas secas (≃ 100-400 mm) y poco lluviosas (≃ 100-600 mm) se obtuvieron los índices de nitrificación más elevados; en las zonas lluviosas (700-1.200 mm) la nitrificación observada fué muy pobre.
Tempenauras: En las zonas del Sud y Oeste se registran las temperaturas más rigurosas, (media anual 5°-9°) y allí se observa escasa nitrificación. En la zona del centro y Este las temperaturas son más elevadas (media anual 7°- 10°) y allí se aprecia buena nitrificación.
Aciidez: En líneas generales los suelos ácidos muestran muy poca actividad bacteriana, pero se obtuvo nitrificación a pH 5.0. El mayor número de colonias nitrificadoras se encontró a pH 6,0.
Materia orgánica: Si bien en general el exceso de materia orgánica no favorece la actividad de estas bacterias, hubo suelos con elevado tenor de materia orgánica (20-11 y 8 %) que acusaron buena nitrificación.
Sintetizando: Los suelos cuya nitrificación bacteriana es ínfima o nula son ácidos, con abundantes lluvias, elevado tenor de materia orgánica en general y temperaturas rigurosas; pertenecen a los Bosques Subantárticos.
Los suelos con nitrificación apreciable y pareja son neutros o levemente ácidos, escasas lluvias, poco contenido de materia orgánica en general y mayor temperatura; pertenecen a la Estepa Patagónica.
Es de notar la influencia favorable que, sobre la nitrificación ejerce el riego en suelos agrícolas de la zona seca.