Esta obra se plantea como preocupación central las formas de constitución de la cultura y, particularmente, de los contenidos de la cultura nacional a partir de una reflexión sobre la relación constitutiva entre "representación de la realidad" y "realidad". Polemizando con las perspectivas esencialistas de los mitos y cosmologías nacionales como, asimismo, con la orientación de una "historia de las ideas" argentinas, igualmente esencialista, que se limita a reconocer la filiación de éstas con tradiciones culturales del pasado, Neiburg se propone, por el camino de la historia social y cultural, estudiar las condiciones sociales en que las representaciones se producen, circulan y se debaten, qué grupos las realizan y a través de qué prácticas, con el propósito de comprender los debates intelectuales y argentinos sociológica e históricamente y no simplemente limitarse a constatarlos.