En español
En las últimas décadas el calentamiento global ha intensificado incendios que destruyeron enormes áreas boscosas en diversas partes del mundo. La Argentina no ha quedado exenta de esta problemática y el Chaco mucho menos. Por tanto, el presente artículo intenta dar una mirada geográfica a la temática de los incendios forestales producidos en nueve departamentos del este de esta provincia durante el período comprendido entre los años 2015 y 2020. A través del análisis estadístico y la georreferenciación de información de diferentes fuentes, el trabajo tiene como objetivo identificar los focos de incendio que se han registrado en el área de estudio antes descrita y en ese lapso de tiempo, y caracterizar la actual gestión provincial en materia de riesgos de incendios. La producción de cartografía se realizó a partir de la utilización de Qgis. La región analizada sufrió en 2020 una gran cantidad de focos ígneos en áreas rurales que afectaron a poco más de 60 000 hectáreas, destruyendo pastizales, bosques nativos e implantados y, en consecuencia, deteriorando los suelos, la fauna silvestre, y perjudicando también la cobertura de rastrojos y a la hacienda.
En inglés
In recent decades, global warming has intensified fires that have destroyed huge forested areas in various parts of the world. Argentina has not been exempted from this problem, nor has its province of Chaco. Therefore, this article attempts to give a geographical look at the issue of forest fires that occurred in nine departments in the east of this province during the period between 2015 and 2020. Through statistical analysis and georeferencing of information from different sources, the paper aims to identify the fire outbreaks that have been recorded in the study area described above and in that period of time, and characterize the current provincial management on the subject of fire risks. The production of cartography was made from the use of Qgis. In 2020, the region under analysis suffered a large number of fire outbreaks in rural areas that affected a little more than 60,000 hectares, destroying pastures, native and planted forests and, consequently, deteriorating soils, wildlife, and also damaging stubble cover and farmlands.