Desde el campo de la cognición social, la narración puede ser entendida como un proceso intersubjetivo de elaboración de sentido entre un narrador y un narratario. Entonces, un performer musical puede ser considerado un narrador en la medida que establezca un vínculo con el público que permita una vía o espacio de intercambio en la búsqueda de significados de la obra. A pesar de las características de la performance tradicional, los performers músicos pueden percibir y establecer un vínculo recíproco con el público. De esta manera, la obra que es producida en el contexto de una performance está influída por esta percepción del performer y el tipo de comunicación que allí se establece. Esta intencionalidad del performer incide en la versión de la obra que ocurre en una instancia particular del proceso de interpretación. Así, la obra desde el punto de vista del performer contempla un espacio particular para la participación del público, en la elaboración de sentido que ocurre en un tiempo y espacio determinados.