Mientras que el mito argumenta que, de la mano de un abaratamiento de los costos de producción y distribución, una mayor disponibilidad de información equivale a una mejor comunicación, augurando una sociedad del sentido construida sobre la mediología (mediante el desanclaje de las formas tradicionales de los lenguajes, del saber y, por ende, del poder); la realidad nos indica que existen progresivas dificultades en el acceso, la apropiación y la utilización de los recursos info- comunicacionales (no sólo en los ámbitos escolares sino en la Argentina y el mundo de hoy), que profundizan todavía más la concentración, al tiempo que la invisibilizan mediante las metáforas con que la nombran.