La victoria de Lenin Moreno en Ecuador fue recibida con júbilo por parte de los sectores progresistas latinoamericanos tras una serie de cambios de gobierno en el continente que habían significado un claro retroceso de su proyecto en la región.
Ecuador en los últimos 10 años ha vivido un proceso de cambio en el modelo redistributivo, en la inversión pública y en la participación estatal en la economía. El gobierno de Correa ha sido hasta ahora el gobierno más largo de la historia del país, además del único en lograr terminar su mandato desde 1996.
Esta estabilidad política y claridad en el proyecto económico han contribuido en la decisión continuista de las últimas elecciones, aunque no están exentas de contradicciones.