En el gobierno de Internet, vemos aparecer un ethoscibernético que silenciosamente regula tanto las formas de acceso a la información, como la tradición de conectividad alternativa que caracterizó y garantizó el desarrollo temprano de Internet. Este ethos concentra las luchas entre la apertura y la clausura de las sociedades. El mismo presenta fuertes tensiones entre la diversidad y la homogeneidad, entre la libertad y el control, que caracterizan la producción cultural de nuestros colectivos. Basado en una ética próxima a la cultura hacker, con claros intereses político-sociales y con la voluntad de luchar por la apertura y el libre acceso a las fuente de información, emerge un nuevo movimiento social global que hace uso de estrategias innovadoras, alternativas, seductoras, para enfrentar el cierre de las capas superiores de Internet. En otras palabras, emergen nuevas organizaciones, comunidades y laboratorios interesados en continuar con las luchas históricas que, en la década de 1980, defendieron la apertura y la libertad en la producción de espacios culturales comunes.