Pareciera que cuando se habla de Roma todo está dicho. Sin embargo creo que los temas que voy a tratar son casi desconocidos para la inmensa mayoría de los turistas que visitan la ciudad de los papas. Me referiré, muy someramente por cierto, a dos especies de curiosidades romanas: las Estatuas parlantes y La puerta mágica. Hay en Roma una serie de estatuas que son llamadas "parlantes”, calificación que se debe a que en ellas el pueblo fijaba, subrepticiamente, críticas mordaces al gobierno de la ciudad o a las autoridades clericales. Son seis y se encuentran colocadas en distintos lugares de la ciudad. Se las conoce con los nombres populares de Madama Lucrecia, el Abatte Luiggi, el Facchino, el Babuino, Marforio y, la más famosa de ellas, Pasquino.