Hacia 1959 actuó en la ciudad de La Plata una fugaz “Sociedad de Estudios Clásicos” constituida por un grupo de amigos universitarios que amaban profundamente la cultura helénica. Surgida de un impulso común, su vivacidad logró una actividad intensa, y así se sucedieron conferencias, cursillos, exposiciones, charlas ilustrativas en establecimientos secundarios y entidades de bien público, y numerosas audiciones por la onda universitaria de L.R. 11. Sin estatutos ni comisión directiva, el entusiasmo solucionó dificultades y así fue dado poner en práctica casi todos sus proyectos y aun superar los márgenes de vida útil que suelen tener estas agrupaciones en nuestro medio, en el que naufragan las más y duran las menos. . .