En Punta Lara, sobre la ribera argentina del Río de la Plata, a pocos kilómetros de Buenos Aires y menos todavía de la ciudad de La Plata, existe un bosquecillo de poca extensión que constituye probablemente el relito más austral de las selvas en galería que bordean el Paraná y el Uruguay, lo mismo que sus afluentes. Las dificultades que existían hasta hace pocos años para llegar a este punto han permitido que su flora subsista con pocas alteraciones. En la actualidad constituye una reserva biológica protegida por la Comisión de Parques Provinciales de la Provincia de Buenos Aires. Hace más de medio siglo la ribera argentina del Plata debió estar cubierta por una densa selva marginal que posiblemente se extendió hasta el Partido de Magdalena o tal vez más allá, interrumpiéndose quizás al hacerse saladas las aguas del río. Hoy la mayor parte de esta galería ha sido destruida y suplantada por montes de álamos y sauces cultivados, por frutales, etc. Sólo quedan de ella en la actualidad dos porciones, una en la Estancia Herrera Vegas, frente a la Estación Hudson, estudiada hace varios años por Hauman,y otra de mayor extensión y más pura en Punta Lara, dentro de la estancia de don Leonardo Pereyra Iraola.