Frente al momento coyuntural que estamos transcurriendo, se propone valorar esta oportunidad para pensar de otra forma el sentido de educar; de diseñar políticas institucionales, analizar el rol docente y definir la concepción del aprendizaje como praxis y como relación dialéctica; repensar las estrategias didácticas; prever rutas diversificadas y nuevas destrezas; dudar de principios que creíamos inamovibles y que, hoy, pueden limitar creaciones utópicas, arriesgadas y creativas. Entonces, se propone una mirada optimista y esperanzadora de esta crisis realizando un análisis profundo de los currículos que definan nuevos caminos para enseñar, aprender, evaluar y la gestionar.
Pensar cómo los estudiantes puedan incorporar contenidos curriculares, y a la vez aprender aplicarlos a situaciones reales y, simultáneamente, adquirir ciertas habilidades tecnológicas que les permitan desenvolverse en el mundo profesional actual. La mayor parte del alumnado universitario pertenece a la llamada generación de los millenians quienes se caracterizan por tener un vínculo muy cercano a la tecnología y, particularmente a la web, a la que reconocen como principal fuente para satisfacer sus necesidades de conocimiento; constituyendo esto un potencial importante para considerar en las nuevas definiciones pedagógicas.