La zona, el punto entre dos dimensiones, dos tiempos, se descubre como un intento que parece válido e imposible a la vez. La totalidad de la obra de Saer, dibuja un hilo que se arrastra de libro en libro como de sueño en sueño o de despertar en despertar. Al igual que en la novela proustiana observamos la persistencia de la escena del despertar. En Proust esta escena se multiplica a lo largo de toda la novela junto con la aparición de tantos universos como lectores posibles haya. De lo analizado entonces, se destacan algunas ideas que circulan en la novela proustiana y que invitan a ser pensadas en la obra de Saer: la relación enfática entre recordar y despertar; la forma específica en que la memoria muestra la discontinuidad del tiempo; el rol fundamental de la dimensión onírica; la especificidad de la experiencia estética y la redención del pasado en el presente.