En su segunda producción discográfica, el dúo conformado por los guitarristas Federico Beilinson y Juan Gascón desarrolla una propuesta original a lo largo de diez composiciones sobre la base de ritmos latinoamericanos, siendo algunos de ellos la cueca cuyana, el candombe, el chamamé, el tango o la cumbia. Estos se adaptan a la impronta que el dúo sostiene a lo largo de todo el álbum, marcada por una permanente alternancia de papeles y variaciones en aspectos tímbricos y texturales. Hacen uso de las posibilidades que este orgánico ofrece al presentar texturas de melodía acompañada, complementarias u homorrítmicas, así como la guitarra de manera solista, tal como ocurre al comienzo de «Pureza Ceo», y ponen la técnica guitarrística al servicio de generar variedad tímbrica mediante el uso de matices, distintos tipos de toques, armónicos, rasgueos o al transformar sus guitarras en una cuerda de candombe, como sucede en «Retrato de Paulo», al ejecutarlas como si fueran tambores.