Las cabras, de Patricio Banegas, es un disco que toma a la canción como punto de partida. Situado entre lo acústico, de construcción textural progresiva, y lo eléctrico, en donde se utilizan de manera equilibrada los gestos rítmicos y giros armónicos característicos del Rock. La sonoridad integral del disco no solo pretende permanecer en ese lenguaje, sino que hay una tendencia a arreglar las canciones con materiales sonoros que aluden a la imagen. Es decir, se genera una reciprocidad entre lo poético y lo melódico, en la medida en que las palabras no solo significan lo que dicen, a través de la letra, sino que también significan cómo suenan. En ese sentido, en el final de Ritual se da un dialogo entre la fila de cuerdas y las líneas melódicas de los demás instrumentos que le imprime la noción espacial de dimensión y relieve a lo enunciado.