Las estrategias evolutivas que nos ofrece la naturaleza son sorprendentes, aquí una de ellas: se trata de un “gusano”, científicamente denominado Strelkovimermis spiculatus, y un mosquito llamado Aedes albifasciatus. Ambos comparten el mismo sitio de cría; charcos efímeros que se forman a causa de las lluvias o por desbordes de ríos o arroyos. Los huevos de ambos permanecen latentes en el suelo y eclosionan cuando el terreno se inunda. A partir de ese momento se establece lo que los biólogos llamamos una relación “parásito-hospedador”.