El actual esquema de política macroeconómica neutraliza las posibles vías de transmisión financiera de la crisis. No obstante, existe algún grado de preocupación por los efectos de la crisis de Estados Unidos sobre los precios internacionales de las materias primas agrícolas. Existen una conjunción de tendencias en los mercados de granos, que hacen poco probable una caída abrupta en los precios de los principales commodities. Las relación entre el stock de granos y el consumo es la más baja de las últimas dos décadas. No obstante, una eventual desaceleración en el crecimiento mundial abre un escenario incierto, dada la coexistencia de dinámicas contradictorias.