Desde que empezó la rebelión fiscal de las 4 entidades agropecuarias, nuestra hipótesis central es que subyace al conflicto una discusión más profunda sobre dos modelos diferentes de país: un nuevo orden social dual de base agroexportadora, sin intervención estatal en la producción y comercialización de alimentos, liderado por la renta agropecuaria, con subsidios a una masa de pobres que crece por cada traslado de los precios internacionales al aumento de los alimentos; u otro esquema basado en la dinámica del salario, con protección cambiaria para la industria manufacturera, y captación por parte del Estado de la renta que generan los recursos naturales. Con muchas contradicciones internas y fuertes lagunas de cada lado, las dos caras visibles del conflicto estarían confrontando estos dos modelos.