Por la creación de casi 4 millones de nuevos puestos laborales y la mejora en la calidad del empleo, el mercado del trabajo era -para el gobierno- el mejor símbolo del éxito de su esquema macroeconómico. Pero los resultados del primer semestre de 2008 eclipsaron un poco esta realidad. Algunos datos muestran que a nivel agregado- la desocupación baja pero no necesariamente por la creación de empleo. A diferencia de lo ocurrido en el interior del país, la "crisis del campo", dejó destrucción de puestos de trabajo en conglomerados urbanos no vinculados a lo agropecuario como el Gran Buenos Aires, el Gran la Plata y Mar del Plata. Si se toca el empleo, todo puede comenzar a ser "no positivo".