Aunque abunden las declaraciones optimistas respecto a que ya pasó lo peor de la crisis internacional, el panorama real dista mucho de ser alentador. En la primera etapa de la crisis observamos la caída de los valores nominales de los activos financieros de toda índole, y luego su correlato en el sector real de las economías. En 2009, el PBI mundial cayó aproximadamente un 3% lo que se explica fundamentalmente por las grandes economías mundiales, Japón -5%, Europa -4.5%, EEUU -2.4% sólo compensados por China que creció 7.4%.
Desde el último trimestre de 2009 se habla de la recuperación de las principales economías, aunque se convive con las mayores tasas de desocupación en años, sin perspectivas de generar empleo. Los incipientes repuntes de EEUU y Alemania se han debilitado y el resto del mundo desarrollado sigue estancado o en caída.