La Argentina decidió en 2003, en acuerdo estratégico con Brasil, cambiar su alineamiento internacional, dejando las relaciones carnales y el ALCA de la década anterior para reconstruir el MERCOSUR con una mirada integradora de toda Latinoamérica. También decidió cambiar la relación con los centros financieros internacionales y su representación internacional, el FMI, renegociando, con una quita inigualable en la historia de los default mundiales, su deuda externa y cortando cualquier relación con dicho organismo, entidad corresponsable en las crisis económico sociales de los países periféricos.