En este artículo se analizan con sentido crítico los principales argumentos que dan el necesario sostén teórico a los razonamientos neoclásicos que ubican en la división internacional del trabajo y a la dotación de factores de la producción, como los principales intérpretes del comercio internacional entre diferentes países. Se evalúan aquellos potenciales efectos económicos y políticos que implicaría llevar a la realidad las políticas económicas recomendadas por estos modelos. El impacto sobre los salarios y los flujos de comercio exterior constituyen el núcleo de esta perspectiva. A su vez, desde el rol de las multinacionales en el desarrollo hasta la distribución del ingreso, pasando por la cantidad de población, así como los niveles de progreso técnico son factores tomados en cuenta para abordar este análisis de la interrelación entre los flujos humanos, de mercancías y de capital, que configuran lo que ha dado en llamarse: "globalización". El marco teórico del intercambio desigual ofrece una explicación concreta a los fenómenos económicos imbricados en las negociaciones de la Ronda de Doha en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio.